A raíz de la pandemia, han aumentado las horas que pasamos sentados en el sofá o en la silla de la oficina y han disminuido las horas de actividad física. Esto ha contribuido al incremento de los trastornos musculoesqueléticos. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el 70% de la población sufre de dolor de espalda.

Ya de por sí el cuerpo humano está diseñado para la bipedestación y el movimiento, por eso, a veces responde con dolor lumbar al estar sentado durante un tiempo prolongado. Tener las articulaciones a 90 grados, no es compatible con la estructura de huesos, músculos y ligamentos y esto se agrava más si tenemos una mala postura, ya que causa profundo dolor lumbar y tensión en la columna vertebral.

Duele porque en la sedestación (permanecer sentado), las vértebras de la parte inferior de la columna se comprimen y esto aumenta la presión sobre los discos que están situados entre las vértebras para amortiguar el movimiento y el peso.

Además, la mayoría de las personas trata de compensar esta mala postura tensando determinados músculos. Esto empeora aún más la postura y produce nuevos dolores de espalda.

¿Qué consecuencias tiene el sedentarismo?

Cuando el cuerpo está mucho tiempo sentado con una mala postura y en una mala silla, la columna puede perder su flexibilidad y elasticidad. Los ligamentos que rodean los discos se vuelven quebradizos y se desgarran más fácilmente.

Con el paso del tiempo pueden aparecer agudos dolores lumbares (lumbalgia) y hernias discales. Por eso, es mejor prevenir el dolor lumbar teniendo una correcta postura y sentándose en una silla ergonómica que no atente contra tu salud. También hay que tener en cuenta que el ejercicio físico controlado contribuye a la activación de ciertos músculos imprescindibles para la estabilidad y protección de la columna vertebral.

¿Pero qué es la actividad física y cómo puede ayudar en el dolor lumbar?

La actividad física incluye cualquier actividad en la que nuestros músculos generan un movimiento y requiere de energía para generar ese movimiento. Por lo tanto, el simple hecho de ir a hacer la compra se considera actividad física. Por otro lado, el ejercicio físico se refiere a una serie de movimientos repetitivos planeados que se hacen con la intención de mantener o mejorar el estado físico de una persona.

Desde hace unos años el método de tratamiento de muchas dolencias musculoesqueléticas está pasando del punto de vista del descanso y tratamientos pasivos (en los que el paciente no hace nada); a un tratamiento basado en el movimiento y ejercicio físico.

Todo eso es porque el ejercicio físico tiene beneficios asociados a la mejora de la salud física y mental de las personas; así como la depresión y la obesidad. Además, reducir el sobrepeso ayuda a reducir dolores lumbares crónicos puesto que la presión en articulaciones disminuye.

Por otra parte, se ha relacionado el ejercicio físico en la zona lumbar (en personas con dolor lumbar crónico) con alteraciones en el metabolismo de los discos intervertebrales, con la posibilidad de mejorar el metabolismo y con ello ayudar a repararlos.

Como se aprecia, el ejercicio físico tiene muchos beneficios de los que podríamos hablar largo y tendido, además de que los efectos adversos que pueda haber son muy reducidos en un entorno controlado como lo es nuestra clínica Nordic.

En Nordic Klinika aplicamos el movimiento y ejercicio físico del que hemos hablado con la intención de reducir el dolor lumbar y de otras articulaciones, siempre eso sí, en un entorno controlado por profesionales.

Bibliografía:

• Physical Activity and Exercise for Chronic Pain in Adults: An Overview of Cochrane Reviews
• Ergonomics and the Standing Desk
• Effects on Musculoskeletal Pain From «Take a Stand!» – A Cluster-Randomized Controlled Trial Reducing Sitting Time Among Office Workers