PROGRAMA KLINIKA ONLINE: SEMANA DEL 18 DE MAYO
19 mayo, 2020Consejos sobre cómo aliviar el dolor lumbar
25 mayo, 2020Bienvenidos a todos al capítulo de hoy, en el que charlaremos sobre los aspectos más relevantes en el dolor de hombro.
Antes de introducirnos en el análisis del hombro me gustaría hablar sobre el dolor de hombro y el dolor en general y dejar claro algunos conceptos básicos que no son explicados de forma habitual.
El dolor se puede definir de la siguiente manera:
Es una experiencia o sensación multidimensional que codifica alarma potencial o real fruto de un proc
esamiento por parte de nuestro sistema neuroinmune. Es decir, siempre es nuestro sistema nervioso central el que “elige” si algo duele o no. En este procesamiento no solo entran en juego las alarmas percibidas por daño en el tejido, sino factores ambientales, de conducta, psicosociales, neurofisiológicos y mucho má
s. Realmente es un campo muy complejo en el que todavía hay mucho que avanzar dentro de la c
omunidad científica, aunque en los últimos años se han realizado importantes avances.
Es una experiencia necesaria, generada siempre por nuestro sistema nervioso central, para nuestra propia supervivencia y que nos avisa de un peligro concreto. Por ejemplo, un corredor sufre una rotura muscular y nota un dolor de piernas o un dolor de hombro intenso que le hace parar inmediatamente, de tal forma que no continúa con la actividad y no corre el riesgo de que la lesión aumente. En este caso el funcionamiento del sistema del dolor es correcto y salvaguarda la integridad del tejido. Sin embargo, el caso que acabamos de mostrar es el ejemplo de un óptimo funcionamiento de este sistema, pero también puede darse el caso en el que no exista una amenaza real, sin embargo, nuestro sistema nervioso genera dolor de hombro debido a una falsa percepción de amenaza, dando lugar a un dolor disfuncional, en el que se ha perdido la cualidad de generar dolor para avisarnos de la presencia de una amenaza real que va en detrimento de nuestra integridad física. Imaginemos que nuestro sistema nervioso central es una alarma que está programada para activarse con un gran incendio, pero que se activa solamente con el humo de un cigarrillo. Estaríamos ante una alarma con un umbral de activación muy bajo e hiperexcitable, es decir, un sistema nervioso que se activa ante un estímulo que no debería ser nocivo. Esto es lo que se conoce como dolor disfuncional.
El daño en el tejido no siempre significa dolor de hombro
Al hilo de lo explicado anteriormente, continuamos aclarando un concepto que es de vital importancia: daño en el tejido no siempre significa dolor. Existe sobrada evidencia científica en la que se demuestra que sujetos asintomáticos (sin dolor de hombros) presentan imágenes radiológicas, como resonancias magnéticas, radiografías o
ecografías con anomalías estructurales. Por ejemplo; hernias de disco, hallazgos de artrosis, roturas tendinosas en el hombro, entre muchas otras. También existe el extremo contrario, sujetos que experimentan dolor de hombro mucho tiempo después de sufrir una lesión que, por el tiempo transcurrido, ya se debería haber resuelto y por lo tanto no debería doler (aquí es donde entra en juego lo explicado en el anterior párrafo en referencia al dolor disfuncional).
Entonces, ¿Cómo podemos saber a qué se debe nuestro dolor de hombro?
Es aquí cuando el profesional sanitario correspondiente, como el fisioterapeuta, debe valorar de forma adecuada a través de la entrevista clínica y el examen físico ante qué tipo de dolor nos encontramos y en el caso de ser generado por una lesión en el tejido, que estructura lo está generando. Un buen diagnóstico es fundamental para programar un buen tratamiento.
Debemos tener en cuenta que el dolor de hombro no siempre puede estar provocado por estructuras que estén situadas en este complejo, sino que estructuras de la columna cervical o de la columna torácica también pueden dar dolor referido a esta zona. Una vez descartado este supuesto, podemos avanzar al análisis del complejo articular del hombro. Este está formado por 4 diferentes articulaciones que trabajan de forma coordinada para conseguir una función locomotriz fundamental: orientar la mano en el espacio. Para este cometido necesita una gran libertad de movimiento, pero a su vez, estabilidad suficiente para alcanzar grandes rangos de movimiento sin dañarse. Es por ello por lo que probablemente nos encontramos ante la articulación, o mejor dicho “conjunto de articulaciones” más complejo del ser humano. Ante esta premisa no es raro pensar que sea una localización propensa a sufrir lesiones y generar dolor y, en efecto, así es.
Podemos dividir la patología del hombro en tres grandes grupos: patología intraarticular, extraarticular y patología del manguito rotador.
Como se haría muy tedioso explicarlo todo detalladamente, debido a su complejidad, vamos a aportar un poco de luz a uno de los grupos de patología más frecuentes y responsables de un alto porcentaje de la pérdida de función entre la población que sufre dolor de hombro; el manguito rotador. Cuando hablamos del manguito rotador nos referimos a 4 músculos que se originan tanto en la cara posterior como en la cara anterior de la escápula y se dirigen a insertarse en el húmero. Estos músculos tienen una doble función: estabilizadora para mantener la cabeza del húmero (el hueso largo del brazo) centrada en la cavidad donde se aloja durante los movimientos (esto es fundamental debido a que el diámetro de la fosa es más pequeño que el de la cabeza d
el húmero) y dinámica (participan principalmente en los movimientos de rotación externa e interna).
Antes de insertarse, los tendones de estos músculos pasan muy juntos a otras muchas estructuras del hombro que también pueden provocar síntomas. Son estos tendones los que en numerosas ocasiones generan dolor. Ante este supuesto estaríamos ante una patología del tendón, es decir; una tendinopatía (y no tendinitis o tendinosis ya que el sufijo “osis” hace referencia a degeneración e “itis” a inflamación. El dolor relacionado con el tendón no se relaciona directamente con estos eventos y son definiciones demasiado simplistas. El tendón es una estructura viva que une al músculo y al hueso. Tiene la función de transmitir la fuerza ejercida por el músculo para mover o estabilizar una articulación. Además, presenta la capacidad de almacenar energía, es lo más parecido a un muelle que hay en el cuerpo humano.
Hay cuatro cosas claves cuando hablamos de patología del tendón:
La primera es que, como hemos dicho al comienzo del artículo, la presencia de hallazgos degenerativos en i
magen muchas veces no se relaciona con el origen del dolor. La segunda es que la postura no influye en el desarrollo de una tendinopatía. La tercera es que un tendón es una estructura que depende directamente de la carga a la que se le somete. Si es muy poca, debido a la inactividad, puede perder capacidades mecánicas y dañarse. Si la carga es mayor de lo que puede soportar también se daña. La cuarta y más importante, es que:
el EJERCICIO TERAPEÚTICO de fuerza es la ÚNICA y MEJOR herramienta para recuperar el tendón. Debemos ser capaces de encontrar el estímulo adecuado, ni demasiado alto ni demasiado bajo para poner en marcha los mecanismos biológicos de recuperación dentro del tendón que lo harán más resistente y menos susceptible al daño futuro, disminuyendo a medio plazo el dolor. El dolor puede desaparecer en unas semanas, pero la recuperación del tejido como tal puede tardar hasta 18 meses, o incluso más. Por eso es importante seguir haciendo ejercicio para acompañar el proceso de recuperación aunque haya dejado de doler.
Para una óptima recuperación el ejercicio debe ser programado y monitoreado de forma concienzuda. Desde Nordic klinika te ofrecemos tanto la tecnología como los profesionales adecuados para abordar el dolor de hombro con la máxima garantía y con la confianza de que haremos lo necesario para poder solventarlo.
Si quieres conocer cómo reducir tu dolor de hombro, reserva una cita para tu diagnóstico. Verás claramente reducido tu dolor de hombro y cómo los músculos se fortalecerán y tendrán más movilidad.
Asier Rueda
Fisioterapeuta de Nordic klinika